EL RESPETO HACIA LOS DISCAPACITADOS
Del mismo modo que no hay dos personas iguales, ninguna persona con discapacidad es igual a otra, aunque ambas tengan la misma discapacidad. Las discapacidades son limitaciones de las funciones que pueden interferir con la capacidad de una persona para caminar, oír, hablar, ver, pensar y aprender, aunque no afectan a todo el mundo del mismo modo. Además, algunas personas pueden padecer varias discapacidades de diversa gravedad.
Al hablar o relacionarse con una persona con una discapacidad:
Del mismo modo que no hay dos personas iguales, ninguna persona con discapacidad es igual a otra, aunque ambas tengan la misma discapacidad. Las discapacidades son limitaciones de las funciones que pueden interferir con la capacidad de una persona para caminar, oír, hablar, ver, pensar y aprender, aunque no afectan a todo el mundo del mismo modo. Además, algunas personas pueden padecer varias discapacidades de diversa gravedad.
Al hablar o relacionarse con una persona con una discapacidad:
- Sonría y sea espontáneo.
- Céntrese en las capacidades de la persona. No se centre en la discapacidad al punto de ya no ver a la persona.
- Hable con la persona que tenga la discapacidad (o con los responsables de su cuidado, si es lo adecuado) sobre el modo en que se le puede incluir en las actividades y de lo que la hace sentirse a gusto.
- Sea respetuoso. Ofrezca ayuda si se la solicitan o si es obvio que se necesita. No mueva las sillas de ruedas u otros dispositivos para desplazarse sin el permiso del propietario.
- Cuando hable con una persona con deficiencias auditivas, hable lenta y directamente. No suponga que una persona con una deficiencia auditiva o un trastorno del habla tenga también una discapacidad intelectual.
- Sea paciente.
- Tenga en cuenta los sentimientos de la persona al hablar con los demás. ¿Le gustaría que se dijera de usted lo que usted está a punto de decir de la persona?